Hay dos corrientes en el auge del ansiedad de productividad, y están quienes no sólo lo abrazan, sino que poco a poco van un paso más allá. El Borderless Talent es la tendencia que se ha adueñado de la conversación entre los CEO del mundo de la tecnología que quieren llevar el trabajo en remoto al siguiente nivel.
La jugada es ya una vieja conocida dentro de una industria tecnológica y sus archiconocidas soluciones que llegan desde la India, América Latina o incluso África en forma de subcontratas, pero gracias al ámbito del teletrabajo, y cómo hemos pasado de necesitar una oficina a tener a gente repartida por todo el mundo, la moda del Borderless Talent, el talento sin fronteras, es la cara más controvertida de esa misma moneda.
El auge del teletrabajo frente a la contratación sin fronteras 651116
Cuando se une la globalización al teletrabajo, la conversación ya no versa sobre ciudades como San Francisco, Pekín o Nueva Delhi. El resultado es una explosión en contrataciones que se ha duplicado en ciudades como Bucarest, Ciudad del Cabo o Nairobi, desplazando a las habituales cunas tecnológicas donde las compañías pescaban en busca de talento.
Buscando leyes laborales más laxas y una mayor eficiencia en los costes de las compañías, ir en busca de empleados que puedan teletrabajar desde su país, a veces incluso de forma asíncrona, parece la clave no sólo para crear equipos más competitivos y baratos, sino también para tener la maquinaria de la empresa funcionando las 24 horas.
No sólo eso, frente a regulaciones en condiciones de trabajo, y el freno al impacto que podrían tener auge del teletrabajo para alcanzar un punto en el que, al elegir entre rápido, de calidad, y barato, no tengan que elegir en absoluto.
Imagen | Collstrup en Midjourney
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