Adrián Mira
EditorCada vez más, los videojuegos físicos están siendo considerados como un símbolo de coleccionismo, algo que, de una manera u otra, conecta con los jugadores ya que contribuye a la preservación de este formato. Para muchos, tener una estantería llena de carátulas es un orgullo y una manera de revivir la nostalgia más allá de los beneficios que ofrece el formato físico, como la posibilidad de revenderlo, sin dependencia de servidores y mucho más.
Los aranceles de Trump afectarán a los videojuegos
Sin embargo, este formato tan querido podría estar en peligro en Estados Unidos debido a decisiones políticas que amenazan con cambiar el panorama de la industria de los videojuegos. Según afirma el analista Mat Piscatella, productor ejecutivo de Circana, los aranceles del 25% a productos importados desde Canadá y México, junto con un 10% adicional para los artículos provenientes desde China, podrían hacer que las grandes editoras detengan la producción de fabricar juegos físicos.
"No me sorprendería ver que los juegos físicos que estarían sujetos a aranceles simplemente no se fabriquen, con las editoras moviéndose hacia una estrategia completamente digital. Qué desastre", dice. Este escenario obligaría a las compañías a depender aún más de las ventas digitales, dando paso a un modelo que ya ha ganado mucho terreno en los últimos años. La situación se agrava al considerar que la fabricación de discos en Estados Unidos no es una alternativa viable (vía Gamespot).
Hace unos meses, Piscatella adelantó que los aranceles de Trump podrían provocar "precios más altos en físico y digital" en los videojuegos, y la ESA ya ha alertado sobre el impacto de estas medidas. Los consumidores estadounidenses serían los más afectados ya que los costes adicionales de los aranceles suelen trasladarse a los precios finales. Durante el primer mandato de Trump, la industria logró evitar estos impuestos, pero todo apunta a que esta vez no habrá excepciones, lo que podría acelerar la transición hacia lo digital.
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