La guerra comercial de los aranceles señala una realidad de los videojuegos de la que apenas se habla

La guerra comercial de los aranceles señala una realidad de los videojuegos de la que apenas se habla

Nintendo, PlayStation y Xbox confían la mayor parte de sus producciones a países asiáticos, así que los impuestos de EE.UU. les darían de lleno

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Brenda Giacconi

Editora

Es el tema del momento: Donald Trump ha iniciado una guerra comercial y ha estado imponiendo aranceles a diestro y siniestro. En el momento de escribir este artículo, el presidente de EE.UU. ha comunicado una pausa de 90 días en la instauración de los gravámenes en todo el mundo exceptuando China (actualmente tiene una tasa extra del 145% en las exportaciones que realice al territorio estadounidense), México y Canadá (25% cada uno). Todo esto ha provocado que salten las alarmas en compañías como Nintendo, PlayStation y Xbox, pues el vaivén de impuestos tiene un impacto significativo en la producción de videoconsolas.

¿Cómo es la cadena de fabricación de Nintendo Switch 2, PS5 y Xbox Series? ¿Las empresas tienen alguna forma de sortear los aranceles de Trump? Este tema nos permite profundizar en el negocio de la producción de consolas y los problemas que sufre a raíz de la guerra comercial de EE.UU. Antes de continuar, es importante recordar que el presidente estadounidense había anunciado gravámenes increíblemente elevados antes de instaurar la ya mencionada paralización de 90 días a toda la operación; básicamente, los países más afectados fueron Lesoto (50%), Camboya (49%), Laos (48%), Madagascar (47%) y Vietnam (46%). Si la pausa da lugar a acuerdos internacionales que reduzcan cada uno de estos impuestos, la industria de los videojuegos podrá respirar con (relativa) tranquilidad. Pero, si las tasas terminan instaurándose de forma definitiva, podríamos estar ante un verdadero problema que afectará tanto a las empresas como a los jugadores.

La realidad de la industria de los videojuegos: las consolas no se fabrican en EE.UU.

Para entender el impacto de los aranceles en el sector de las videoconsolas y los videojuegos físicos (recordemos, los productos digitales se libran de las tasas de EE.UU.), es importante señalar dónde se fabrican todos estos dispositivos y sus materiales. Tal y como señala la firma de análisis Niko Partners en una publicación que profundiza en la polémica de la guerra comercial y su relación con la industria que nos ocupa, Nintendo, PlayStation y Xbox han estado lidiando con impuestos significativos por parte de EE.UU. desde el 2019; año en el que se anunciaron tasas del 10% en las importaciones provenientes de China. A fin de cuentas, todas producen sus dispositivos en regiones asiáticas y, aunque no se vieron afectadas en su momento, provocó la germinación de una semilla de preocupación.

"En cuanto a las consolas, en 2019 se les excluyó de los aranceles que Estados Unidos impuso a China. Lo cierto es que no hay ningún fabricante chino de consolas que compita a nivel mundial, y las tres principales compañías —Microsoft (EE. UU.), Nintendo (Japón) y Sony (Japón, con PlayStation en EE. UU.)— deberían quedar excluidas. De hecho, los aranceles de 2019 impulsaron a Nintendo a abrir la fabricación en Vietnam. El 75 % de las consolas enviadas a EE.UU. en 2024 se fabricaron en China, y el resto en Vietnam, Japón y Camboya. Los únicos perjudicados por la imposición de aranceles a las consolas fabricadas en China por empresas estadounidenses y japonesas son los jugadores globales, muchos de los cuales son estadounidenses, y los desarrolladores globales de videojuegos, muchos de ellos también estadounidenses".

El problema se agravó cuando Trump, como comentamos anteriormente en este mismo artículo, anunció aranceles aún más elevados en países como Camboya (49%) y Vietnam (47%). Estas regiones se habían convertido en un nuevo punto clave para la producción de consolas como la próxima Nintendo Switch 2, pues se libraban de esa tasa del 10% que EE.UU. impuso a China en 2019. Sin embargo, con los nuevos gravámenes y la posterior pausa de los 90 días, la situación actual es incierta y las compañías, temiendo la instauración definitiva de los impuestos, moverán ficha para mitigar el impacto de la guerra comercial en la producción de videoconsolas.

¿Eso significa que Nintendo, PlayStation y Xbox trasladarán sus fábricas a EE.UU.? Si bien es cierto que esta idea puede ser plausible, es poco probable que se materialice. Porque, tal y como comentaba Daniel Ahmad, analista y miembro de Niko Partners, en una publicación de X, este movimiento costaría millones de dólares a cada compañía.

"Nintendo tendría que invertir miles de millones para abrir una fábrica en EE.UU. Probablemente tomaría 4-5 años completarla. Sin mencionar el tiempo y coste de reconstruir la infraestructura de la cadena de suministro y obtener los componentes clave (que también estarían sujetos a los aranceles porque se hacen fuera de EE.UU.).
Entonces tendrían que encontrar, entrenar y pagar a empleados que operen la fábrica. Nintendo tendría que pagar a cada trabajador 10 o 15 veces más de lo que pagaría a un trabajador de Vietnam. Después de sumar el gasto de capital inicial, el coste de mano de obra, el coste de la cadena de suministro, los costes operativos, etc., podrías comprar un Nintendo Switch 2 fabricada en EE. UU. en 5 años por un precio significativamente más alto que $450.
Y la guinda del pastel es que, para el momento en el que se complete todo esto, EE.UU. tendrá un nuevo presidente que probablemente elimine todos los aranceles recíprocos".
Nintendo Bloomberg Fuente: Vietnam customs vía NBD (Bloomberg)

Medidas desesperadas: exportaciones masivas antes de la explosión de la guerra comercial

Como decíamos anteriormente, las grandes marcas de videojuegos han estado viendo los primeros golpes de los aranceles en 2019 con las tasas anunciadas para China; lo que ha derivado a una estrategia de producción y exportación masiva a EE.UU. para evitar darse de bruces con los gravámenes anunciados en 2025. A fin de cuentas, si una consola llega a territorio estadounidense antes de la instauración de las tasas de Trump, no estará sujeta a este impuesto porque ya se encontrará dentro de la región.

Los datos de ha iniciado la misma estrategia introduciendo miles de PS5 en la región estadounidense temiendo que el impacto de dichos impuestos pueda perjudicar su negocio de videoconsolas.

Todo esto, claro está, no es más que una solución a corto plazo. Cuando los jugadores de EE.UU. compren todas las Nintendo Switch 1 y 2, las PS5 y las Xbox Series que hay ahora mismo en el país, Nintendo, PlayStation y Xbox se verán obligadas a pagar los elevados gravámenes de Trump (siempre y cuando terminen aplicándose tras la pausa de 90 días) por tener sus fábricas en regiones afectadas por los aranceles. Dicho esto, aún existe la posibilidad de que el periodo de reflexión y acuerdos dé como resultado un escenario más propicio para la industria de los videojuegos. En el peor de los casos, quienes terminarían pagando las tasas de Trump no serían las compañías, sino los jugadores. Porque este tipo de movimientos, en la gran mayoría de casos, han provocado aumentos en precios.

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